miércoles, 27 de mayo de 2009

Milk, una vida de enseñanza

Para esta hora, supongo que la mayoría de ustedes habrán visto la peli MILK.



Yo solo tuve la oportunidad de verla el fin de semana pasado, me trajo a la memoria el hecho de que en mi país las cosas casi siempre llegan tarde y no me refiero a la película misma, sino al tema de la revolución gay.

Hubo un momento de la historia que nos obligó a escondernos y a mentir; hubo un momento en que necesitamos huir para buscar nuevos horizontes y nuevas oportunidades. No puedo dejar de pensar que cuando esto pasaba en el mundo yo era apenas un niño que no tenía idea del mundo al que me enfrentaría luego, años después tuve que repetir la historia que una década antes habían vivido los habitantes de San Francisco.

Hoy las cosas son distintas porque hay derechos para nosotros, hoy las cosas son disntintas gracias a gente como Harvey Milk quien decidió luchar por ellos en su posición personal de homosexual, pero hoy las cosas son distintas para la gran mayoría de niños a los que no les ha costado nada porque heredaron un mundo más tolerante.

Hoy es mucho más fácil decirse homosexual, pero no olvidemos por ninguna razón, lo difícil que fue eso hace varios años.

martes, 5 de mayo de 2009

Tus vacaciones


Mi abuela solía decir: "Ya tiene tiempo de ser mentira"


Y yo siento que el dicho me alcanza. Han pasado ya tres años y apenas logro ver hacia atrás sin sentir que han sido tantos. Imagino que será igual cada año, porque así fue a los dos y cuando se cumplió uno solo.


Te extraño igual que el primer día, pero con mucho menos dolor. Al menos eso creo, tal vez sea más bien que me he acostumbrado a vivir con el, quien sabe.


Recuerdo el dolor que causó tu partida. Ya estaba yo acostumbrado, igual que todos tus amigos, a tus escapes temporales. Viajabas de paseo una semana, que al final se convertía en un mes, aunque muchas veces te fuiste dos o tres. Incluso hay quienes te conocieron desde antes y dicen que viajaste varias veces por un año o dos.


Yo no te conocía entonces, así que era difícil imaginar esas escapadas, pero puedo asumirlas.


Ya han pasado tres años y todavía trato de imaginarte de viaje por Europa o por Asia. Te imagino visitando a tus amigos en el Ecuador o en México y pienso cada vez en el momento que regresarás de sorpresa, como siempre lo hacías. Sin embargo esta vez es diferente, porque no hay mensajes, no hay correos, no hay carta.


También es diferente esta vez, porque yo estuve ahí para despedirte. Nunca antes quisiste que fueramos al aeropuerto a decirte adios y esta vez no tenía que ser distinto, por suerte permitiste que estuvieramos tus amigos más allegados e incluso tu familia más cercana para decirte adios, sabíamos que tus papás estarían contentos de verte y por eso no hicimos muchas caras tristes al decirte adios, pero fue difícil.


Cuando me dijeron que yo podría estar con vos en tu partida, me emocioné, pero he de confesar que pensé que no podría hacerlo. No me equivoqué, fue un asunto duro, pero ahí estuve. No sé si lo notaste, pero yo si y eso es lo que importa más.


Esta vez no había papeles de abordaje, no habían pasaportes y el impulso de despegue no fue desde una pista sino desde una cama. Aquella cama que te tuvo atado al mundo por medio año, medio año tan terrible para vos como para nosotros, tanto que fue casi un gusto verte despegar y dejar esas amarras que te mortificaban tanto.


Hoy te imagino viajando por el mundo y de vez en cuando espero tu llamada diciendo: "acá estoy de vuelta, me venís a ver?"


Te imagino viajando por el mundo como si fueran vacaciones, porque aunque es bonito saberte en el cielo, aún es duro imaginar que no volverás.